Que las ciudades se muevan pedaleando (una mirada europea)
Las organizaciones ambientalistas no se cansan de señalar las ventajas del uso de las bicicletas como transporte urbano. Para empezar, al no consumir combustibles fósiles, las bicis no liberan emisiones tóxicas que contaminan la atmósfera, ni dióxido de carbono que contribuye al cambio climático. Solo aumentos moderados en el uso de bicicletas cada año podrían ahorrar entre 6 y 14 millones de toneladas de CO2, según apuntaron expertos de la Universidad de California.
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